jueves, 25 de junio de 2009

Viendo espejos en la calle…

Hoy estuve merodeando por ahí, Peri y Étoilie, en busca de empleo: se le necesita para mantener feliz a este gato consumista y americanamente popular. Durante mi travesía en esta ciudad loca vi dos ‘espejos’ que me causaron bastante gracia.

El primero fue en el sitio donde se requería mi presencia para el desarrollo de unas pruebas. Una gran edificación en medio de una calle completamente diversa: vendedores de miles de cosas por doquier… Restaurantes, librerías, tiendas de ropa y demás para encontrar justo en el medio un edificio imponente que, parece, puede convertirse en mi sitio de trabajo. Allí, luego de pasar los procesos de rutina para contratar alguien, llegó una bruja muy llamativa.

Tal bruja venia de Lesbos, aquella isla griega en la que Safo componía poemas candentes sobre su amor por sus compañeras. De aspecto y personalidad juvenil, nuestra dama no hizo sino llamar la atención durante su visita. Hechizos embellecedores y musicales aparecieron con frecuencia, hasta que decidió conjurar un akasha de comunicación. Todo muy normal, yo sospechaba su procedencia, pues entre locos nos reconocemos, hasta que algo en su conversación me cautivó:

“¡Si ves que sí te quiero Ademary!” – dijo en un tono bastante fuerte.

No sé pero inmediatamente pensé en Grisáceo, su tono de voz fue idéntico. Todo prosiguió naturalmente hasta su parco fin, un cierre prometedor totalmente falso: “Ya te llamo.”. Luego, ¡puuuuum!, uno de sus comunicadores de nuevo:

“¡Hola mi amor! ¿Cómo estás?” – saludó. De una forma totalmente diferente.

“Sí, baby… ¡Qué pancake!... ¡Hahaha!... Yo también, amor” – dijo, hablando con otra chica.

Yo me irrité totalmente, ahí vi de nuevo a mi ‘amorcito’ hablando con otro. Fue instantáneo: una de esas típicas llamadas de nosotros, él contestando como si de cualquier cosa se tratara para luego colgarme y llamar a otro a decirle todo lo que no me dice a mí, y yo, como perro callejero, a sus pies esperando una de sus ‘migajas’. Estaba totalmente furioso, me sentí su madre, a la que le hace pataletas y la ‘odia’ mientras que a los demás idiotas les da la vida. ¡Qué mal genio! En ese momento lo vi tan adolescente como aquella bruja, dándome cuenta de su edad: 20 milenios… El doble de 10… ¡Qué poca cosa! Pensé en las dos partes de una relación y para nada es justo esto.

La jornada prosiguió y el segundo espejo apareció, cuando, en el carruaje, estaba en camino hacia mi querida Torre. De nuevo en medio de una conversación:

“Sí, voy en el carruaje. A ver, ¿quiere que le diga los sellos de identificación? No, no voy para allá. Acabo de salir de Carval. Sí, hasta ahora la llamo, ¿qué le parece? Ay, estoy ocupado, luego la llamo. ¡No me diga que no sabe! ¿Qué le pasa?” – dice un hombre de apariencia horriblemente normal al hablarle a la que lo llamaba.

Yo me dije: “¡Y aquí vamos de nuevo! No quiero ser ese personaje estúpido una vez más, ni de riesgos. El colmo que uno se dé así, ¿qué tal? No, definitivamente ¡NO!” Y llegué a esta conclusión: “Es cierto que me duele mucho que todo esto sea así, me da rabia, quisiera que él me dijera que me ama, que me tome como la bruja y su ‘segunda’ chica, que se alegrara al saber de mí. Pero no, al parecer no soy sino el tonto del que me río porque estará siempre ahí. No, no quiero. Entonces, si Grisáceo no me demuestra que en verdad me ama y que quiere estar conmigo, si no me motiva para amarlo, esto terminará muriéndose.”

Ya van dos días que no hablamos, obviamente a él ni le importará, no sería raro que yo sea el único que lo piensa y lo extraña. Algo me dice en el corazón que puede que esté siendo injusto, pero ¿cómo no después de todo lo que me ha dicho? Decido mantenerme en mi posición, si él no me demuestra que me quiere en verdad, no seguiré botándole energía a esto. ¡Que se joda! Yo quiero ser valorado, no utilizado.

PRLovers(Tomada de http://thealchemicalegg.com/PRLovers.jpg)

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